No siempre tenemos alegrías para contar. Además, no sé por qué, pero no se cuentan tanto. Son la soledad, la tristeza, el desasosiego, la confusión, los que nos impelen a ponerlos por escrito, a modo de catarsis. Catarsis de lo cotidiano o de lo trascendente, según la ocasión.
Me gustaría escribir como los ángeles todo tipo de relatos o reflexiones que no tengan que ver conmigo o que me lleven solapada en lo profundo sin que se me distinga a la legua. Pero casi nunca sé. Tengo una musa bastante vaga o dispersa. No, no, no tengo musa, la verdad, no, y sólo a veces soy capaz de encontrar, volando despistada, algún hada pequeñita y aprovechar el rastro de polvo mágico que va dejando a su paso.
Escribo y lo hago de mí. Y lo hago para mí y para el que me lee. No soy escritora. No soy poeta. Intento hacerme comprender. No pretendo provocar compasión o solidaridad. No busco ánimos. Quizá no sepa todas las respuestas, pero sí la mayoría o eso me parece. No espero soluciones ni palmadas en la espalda.
Quiero transmitir, tocar, rozar, conmover. Calar en alguna de tus fibras. Y, si así es, que me lo digas. Quiero el abrazo de tus letras.
Por eso a menudo me refugio aquí, en mi rincón secreto, donde no temo recibir consejos ni frases tópicas o recetas para una vida mejor, donde apenas nadie me lee, donde puedo hablar conmigo misma y contigo casi en el silencio.
Me gustaría escribir como los ángeles todo tipo de relatos o reflexiones que no tengan que ver conmigo o que me lleven solapada en lo profundo sin que se me distinga a la legua. Pero casi nunca sé. Tengo una musa bastante vaga o dispersa. No, no, no tengo musa, la verdad, no, y sólo a veces soy capaz de encontrar, volando despistada, algún hada pequeñita y aprovechar el rastro de polvo mágico que va dejando a su paso.
Escribo y lo hago de mí. Y lo hago para mí y para el que me lee. No soy escritora. No soy poeta. Intento hacerme comprender. No pretendo provocar compasión o solidaridad. No busco ánimos. Quizá no sepa todas las respuestas, pero sí la mayoría o eso me parece. No espero soluciones ni palmadas en la espalda.
Quiero transmitir, tocar, rozar, conmover. Calar en alguna de tus fibras. Y, si así es, que me lo digas. Quiero el abrazo de tus letras.
Por eso a menudo me refugio aquí, en mi rincón secreto, donde no temo recibir consejos ni frases tópicas o recetas para una vida mejor, donde apenas nadie me lee, donde puedo hablar conmigo misma y contigo casi en el silencio.
6 briznas para mi nido:
Pos yastoy por estos lugares..
Ma costao mu poco, la verdad, Eso sí, me acabo de jincar unas natillas fresquitas, con sus galetitas y to..
Y ¡¡claro así..cualquiera!!
Lo mismo ahora no se darle al botón pa que te llegue esto..Será culpa del escoces que ahora mismo está entrando por la puerta..
Sea pués
amos a darle al botón , sin tropel
Y por si acaso lo lees, ¿que voy yo a decir, que tu ya no sepas?
Bezanco enorme..y levanto la copa por poder leerte también por aquí
Chi..chin..
jajajaja.... bienvenido!!!
Y cuidadín con ese escocés, que no sé qué lleva debajo de la farda...
Besotes pa mi nietico... mua!!
Soy Pablo,
como quiera que me has conmmovido te has merecido un intenso y calido abrazo de mis letras y un beso por abrirme las puertas de tú rincón secreto.
Pd. Parece que ayer hubieras escrito esto pq sabías que vendría.
Y tú me has conmovido a mí. Uno nunca sabe hasta dónde llega.
Muchísimas gracias y, si tienes una página, te devolveré la visita.
Sabes? Es maravilloso este rincón, secreto y a la vez público... Interesante binomio, ¿no crees?
Un beso grande y un enorme GRACIAS!
Holas de nuevo
Siento no tener una página donde haya dejado parte de mí. Mil veces lo he pensado pero siempre llego a la conclusión de que si crease un blog terminaría escribiendo cosas que no se deben de escribir sobre uno mismo, confesiones en un lugar tan público.
Hoy me has hecho añorar tiempos virtuales, que se materializaron… que viví hace años. Tiempos que me condujeron hasta el amor aunque luego la vida me llevase hacia otro lado
Un beso de viento
Eso mismo pienso yo cada vez que escribo algo de dentro y luego me digo, al diablo, nadie me conoce, qué más da. Eso digo, aunque me dé apuro volver a leerme hasta que se enfría el momento.
Es una manera de conocerse uno mismo, de recorrer sus propios rincones, de confesarse uno consigo mismo y con el silencio que escucha y a veces habla... como tú... jajaja :P
De escribir algo en lo que otro pueda reconocerse, algo que incluso resulte agradable de leer por la forma o por el modo de expresarse...
No sé. Yo estoy aquí. Como dije el primer día, es un diálogo conmigo misma que no sé a dónde me llevará.
Gracias por haberte dado un poquito aquí.
Hasta cuando quieras, aquí tienes tu rincón.
Un beso de brisa que te acompañe este día.
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