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miércoles, 12 de agosto de 2015
Los árboles de mi pueblo
lunes, 8 de marzo de 2010
Lágrimas
jueves, 11 de febrero de 2010
viernes, 25 de diciembre de 2009
Con cariño
sábado, 19 de septiembre de 2009
Hay días VI
martes, 4 de agosto de 2009
Estoy viva
©Paloma
domingo, 31 de mayo de 2009
PREMIO "ESTE BLOG ES FEMENINO E INTELIGENTE"
PREMIO "ESTE BLOG ES FEMENINO E INTELIGENTE"
Este premio-juego me lo ha concedido Laura Gómez Recas, de Hortus Líber que ha querido hacerme partícipe de él y proporcionarme así la posibilidad de "jugarlo".
Las reglas del premio son:
1. Hay que escribir un cuento, poesía, poema, definición o lo que quieran que incluya las palabras: vida, amor, literatura, sexo, viaje, cine.
2. Conceder el Premio a 7 blogs de mujeres.
3. Mostrar el link de todas y avisarles a cada una en su blog.
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Este pequeño relato es mi participación:
La vida parecía detenerse cada verano en aquel rincón a la orilla del río escondido de miradas ajenas. En la tarde-noche acudían todos a la llamada de la gran pantalla instalada al aire libre, en la plaza, y era entonces cuando ellos llevaban a término su particular viaje.
Se conocían desde siempre. Sus raíces estaban en aquel pueblo al que regresaban durante las vacaciones estivales. Habían trepado juntos a los árboles, recorrido los senderos, acompañado con las vacas a Pedro, recogido fruta, pescado truchas, cazado renacuajos en el río, tirado a los bolos en la bolera... Habían crecido juntos, sí, pero sólo ahora se habían descubierto seres de distinto sexo, sintiéndose de pronto desconocidos.
No sabían qué era aquello que les recorría y que hacía latir alocado su corazón por vez primera. Aquello que bullía siempre, de día y de noche, y les llenaba de timidez al encontrarse. Aquello que les impelía a buscarse y rehuirse al tiempo.
Terminando ya ese verano y ante la inminente próxima despedida, cobraron suficiente valor para no dejarse perder atrapándose al fin en un cruce de miradas azoradas, un apresurado roce de los dedos, un torpe beso en los labios, una pregunta "¿me esperarás?", una promesa "no te olvidaré", un deseo "escríbeme".
Y así fue como comenzó el viaje en el que mantuvieron vivo en la distancia su alborotado y joven amor. Un viaje alimentado por las consonancias de rimas adolescentes, breves pulsiones de su propia e incipiente literatura, remedo de la encontrada en los libros de poesía, leña para el fuego de su amor, para el deseo del reencuentro y del contacto, de la caricia, del descubrimiento del goce del sexo.
Y así, en aquel rincón escondido, cada tarde de cada verano durante muchos veranos y a la hora del cine, él extendía, delicado, una manta de cuadros sobre la hierba para protegerla de la humedad y ella, sonriente, se refugiaba en sus brazos. El tiempo perdía sentido, suspendido en el aire por las confidencias, las risas, la electricidad que se intercambiaban, y aquel refugio al abrigo de miradas ajenas, entre olmos, juncos y rumor de agua, se convertía cada día en la parada anhelada de su permanente viaje.
EL Nido de Paloma concede el premio a siete mujeres que escriben como los ángeles, cada una en su estilo. Espero que les agrade y gusten de participar.
Un beso a todas.
jueves, 21 de mayo de 2009
Puertas -IV-
Pero dura poco. Un pensamiento esquirol se las arregla para colarse y traerla de golpe al presente. La burbuja estalla y todo se desvanece. Suspira... ¡A trabajar!
domingo, 19 de abril de 2009
El árbol con deseos de conocer el mundo
Un cuento regalado de viva voz
-"Venga, dáme tres palabras", dice él.
-"Mmmm... árbol... fresa... silla", responde ella.
Como lo pensó, lo hizo y, de manera sorpresiva, el Árbol-Más-Anciano le permitió emprender tal aventura no sin antes haberle impuesto la condición de que debería reservarse tantas hojas como le fueran imprescindibles para vivir, a lo cual se comprometió.
Así fue cómo, al ser convocado el Viento para colaborar en tal empresa, éste comenzó a soplar y soplar hacia el Norte fuerte, muy fuerte, arrastrando con él numerosas hojas de la copa frondosa que lucía el inquieto y joven árbol con deseos de conocer el mundo.
Viajaron durante un largo tiempo sobrevolando tierras y mares hasta llegar a una tierra blanca y fría que parecía de cristal y en la que habitaban pingüinos vestidos de etiqueta, focas con largos bigotes y osos, zorros, liebres... blancos como la nieve. El Polo Norte.
Viento comenzó de nuevo a soplar, esta vez hacia las cálidas Tierras del Sur. Y sopló y sopló fuerte, muy fuerte, arrastrando con él numerosas hojas de la copa frondosa que lucía el inquieto y joven árbol con deseos de conocer el mundo.
Una vez cumplida esta etapa, Viento sopló y sopló fuerte, muy fuerte, hacia el Este arrastrando con él numerosas hojas de la ya no tan frondosa copa que lucía el inquieto y joven árbol con deseos de conocer el mundo.
Viajaron durante un largo tiempo sobrevolando tierras y mares hasta llegar a una tierra exótica de nombre Chi-Pón ( -"Chin-pón?", dice la Niña. -"Chi-Pón, mezcla de China y Japón", aclara entre risas el Narrador. -"Ahhh, y tenían un ojo rasgado hacia arriba y el otro hacia abajo", respondió riendo ésta) en la que sus habitantes cultivaban y comían deliciosas fresas.
Viento se dispuso a iniciar la tarea que concluiría la encomienda. Sopló y sopló fuerte, muy fuerte, hacia el Oeste arrastrando con él la mayor parte de las hojas que quedaban en el árbol, dejándole apenas unas pocas, las mínimas que necesitaba para vivir como le había hecho prometer el Más-Anciano al Joven inquieto con deseos de conocer el mundo.
©Finwë Anárion
Con la colaboración de Paloma.
jueves, 16 de abril de 2009
La niña que llovió
Había una vez una niña muy pequeñita, tan pequeñita que nació dentro de una gota de agua. La gota cayó en una hoja y la hoja la acunaba. Las flores que tenía alrededor la miraban extrañadas, preguntándose qué era aquel ser tan diminuto, pero poco a poco fue creciendo y supieron que se trataba de una niña. La niña les preguntaba si sabían quién era y de dónde venía pero todos lo ignoraban.
Un día, andaba la niña por el bogque paseando cuando encontró la cabaña de un mago y allí se dirigió por ver si aquel tenía la respuesta que buscaba.
Llamó a la puerta... toc... toc... Y una voz desde dentro dijo: "Pasa, niña".
"Oh", pensó, "verdaderamente se trata de un mago, ¡ha sabido que yo era una niña!" Y muy contenta entró en la cabaña.
Allí el mago escudriñó en su bola de cristal un buen rato. Después se dirigió hasta el caldero mágico que cocía en el fuego. Realizó sobre él unos pases extraños con las manos mientras pronunciaba palabras mágicas... "Cataplínnnnn"... "Cataplónnnnnn"
La miró y le dijo: "Niña, tú vivías arriba, en el País del Cielo, y cuando ibas a nacer, sucedió que llovió muy fuerte, muy fuerte y en una de las gotas de lluvia llegaste a la Tierra".
"Y ¿cómo podré volver? La lluvia no cae hacia arriba", respondió la niña con carita compungida.
"Mmmmmmm"... pensó el mago durante un largo rato y de pronto dijo con expresión de júbilo: "¡Ya sé! Daremos la vuelta al mundo. La Tierra quedará arriba y el Cielo abajo, entonces lloverá de la Tierra al Cielo y podrás regresar."
Las palabras mágicas sonaron de nuevo y los pases se volvieron a realizar y de pronto, ¡zas!, ¡el mundo estaba al revés! Comenzó a llover y la niña que, aunque había crecido un poco, era aún muy pequeñita se abrazó a la lluvia para regresar a su casa.
En el Cielo estaban muy sorprendidos de que lloviera hacia arriba y más cuando vieron que la lluvia traía consigo a una niña que resultó ser la hija de los Reyes, los cuales fueron muy felices al recuperar a su hijita perdida por la que habían llorado mucho.
Una vez la niña en casa, el mago volvió a lanzar su magia para dejar el mundo en orden, ¡zas!, ¡el mundo al derecho de nuevo!
©Finwë Anárion
martes, 31 de marzo de 2009
Puertas -III-
Ella no está muy segura de conocerle. Sabe de su interior un poco más, quizás bastante más, que muchos pero sigue resultándole un mundo complicado, una empresa que se esfuerza en acometer, un reto que se empeña en lograr aunque a veces se sienta superada y aún a pesar de que él mismo le abra la puerta para que se adentre.
Continúa en su deleite, paladeando el frescor agridulce y vivo de esas pequeñas y carnosas frutas impregnadas del hálito vital de quien se las trajo. La distancia sólo existe en el corazón y su corazón cercano lo acaricia recreándose en cada bocado. Mezclando con la pulpa las imágenes, los recuerdos, masticándolos y engulléndolos a la vez. Degustando las sensaciones, la voz y la luz de sus ojos al tiempo que las fibras vegetales se van deshaciendo en la boca. Sorbiendo con fruición el zumo jugoso que le resbala por el interior de la garganta vivificándola lleno de dulzura de risas y besos.
Terminado este ritual, desliza la punta de la lengua por sus labios, recorriéndolos delicada, enjugando sus comisuras para no perder ni una simple gota de tal exquisito festín, satisfecha y plena tras este acto pseudo-caníbal en que él ha entrado a formar parte de sí misma.
sábado, 28 de marzo de 2009
Acércate
Con tus ojos soñadores llenos de cantos risueños,
feliz del reencuentro.
Acércate y ábreme tus brazos.
Solos tú y yo, olvidados del mundo.
Barcos de papel sobre dulzura contenida.
Sumérgete en el mar de mi cabello, enredándote en su aroma.
Desliza tus labios tibios por mi piel mientras beso tu rostro con los míos.
Tus dedos en mis dedos, rozando eléctricas nuestras yemas.
Toma mi mano y recorre conmigo el camino que nos lleva a la dicha.
Casi duele el rastro leve de la caricia que hace vibrar lo imperceptible.
Escribe en mi cuerpo con letras de fuego que graban presionando,
cinco letras cada mano,
mientras mis cinco letras te traspasan de íntima felicidad.
Ven.
Es nuestro tiempo.
Te llenaré de mirra y fresa, de azahares y ensueños.
Agárrate a mi paz
que exorciza demonios y salva.
jueves, 19 de marzo de 2009
Pájaros
Mi regalo para mi niña malva
Pájaros en el aire, en la casa, en el huerto, en la quebrada.
Pájaros en las flores, en los poros, en el vientre, en el agua.
Pájaros de duda, de viento, de escarcha..
Pájaros renovados en tus mil y un batallas.
Pájaros conocidos, derramados en el alma.
Pájaros de quimera que se aferran con sus garras.
Pájaros de fuego consumiéndote en sus brasas.
Pájaros que sojuzgan y liberan, que atenazan.
Pájaros de hiel, de alas negras, tan amargas.
Y por fin pájaros blancos que tus heridas restañan
que te cubren de miel dulce al alborar la mañana
que baten el aire puro con hilos de sol y calma
y te acunan silenciosos para que duermas,
descansa...
lunes, 16 de marzo de 2009
Un mundo
Mi regalo para Ababoll
Hay un mundo sólo en ocasiones tangible pero cercano y cálido, envolvente, lúcido, que se va colando y penetra quedándose, estableciéndose, mimetizándose, arraigando, volviéndose necesario.
Hay un mundo de palabras con número, escuetas, concisas, agudas, repletas de significados que resuenan por lo que dicen y por lo que no y que es a la vez defensa y puerta de otro que se mantiene protegido.
Y mi niña de las amapolas me pide un regalo y yo no sé qué poder escribir que a ella le resulte tal...
©Paloma
martes, 17 de febrero de 2009
Distancia
Distancia, cuando las palabras se vuelven mudas y el corazón, si habla, no hace por llegar.
Distancia, cuando ya no se espera.
Distancia, la capa que envuelve después de añorar
y calma.
Distancia, la anestesia gris del alma.
domingo, 15 de febrero de 2009
Happiness Is
Tibet Yungchen Lhamo
Su nombre significa Diosa del Canto, vive en el exilio, y para ella, la felicidad será el día que su país sea libre...
miércoles, 11 de febrero de 2009
Caminar
Así que ahora cuando necesita que alguien la rodee con los brazos, cuando necesita refugiarse en la cálida oscuridad de otros latidos, no tiene que quejarse porque no la hay y porque seguramente no la habrá. No tiene que lamentar haberse bajado de un tren, de que no haya otro y de que el apeadero sea tan inmenso y frío.
Ahora tiene que levantar la cabeza, tiene que respirar hondo el aire crudo que le regala cada mañana y caminar tras de sus propios pasos aún a pesar de sí.
©Paloma
Cansada
Cansada hasta la uña del dedo meñique del pie derecho
y del izquierdo
y más
Cansada de vagar y no encontrar más que apenas un rastro
a veces
Minada por la gota persistente que cae impertérrita
concienzuda
fría
lacerante
Cansada de perderme en los remolinos de mí misma
disputada por presiones antagónicas que tiran de mí hasta mi desgarro
Cansada de hallar paz demasiado breve
inconstante
Cansada de ir tras la luz que escapa por las rendijas
inconsciente
voluble
efímera
Cansada sobre todo de mí
domingo, 8 de febrero de 2009
Silencio
Silencio funámbulo.
Silencio perdido que nadie recoge.
Silencio de esperas.
Silencio ahogado por otro silencio.
Silencio vivo.
viernes, 6 de febrero de 2009
Hay días V
En que los fantasmas se asustan y corren de la mano a refugiarse en algún rincón en que la luz no penetre porque, si los traspasara, desintegraría sus cuerpos y sus almas. Vestidos de oscuridad y miedos, no soportan la claridad.
Días en que me sorprende mirarlos tranquilamente, de tú a tú, y saborear su temor como si yo fuera su cazador y ellos, mi presa.
Días en que siento el corazón tan distante como para contemplarlos, analizarlos, desentrañarlos y, por fin, pulverizarlos sin que quede rastro alguno de su existencia.
Pero ya los conozco, no me fío, no les tengo lástima.
En cuanto baje la guardia, aquí estarán.
jueves, 5 de febrero de 2009
Hay días IV
martes, 3 de febrero de 2009
Hoy...
Hoy me gustaría poder refugiarme en alguien.
Hoy quisiera poder apoyarme por un rato, compartir con alguien la carga que me pesa. No para delegarla, no para traspasarla, sólo para descansar por un breve tiempo y continuar después un poco más ligera.
Pero no hay nadie.
©Paloma
lunes, 26 de enero de 2009
Inconexos
El día, muy frío, no se decide entre llover y nevar, alternándose ambos en lucha igualada,
Entrar en tu corazón.
Desde tu dentro, sin fisuras, comprender.
sábado, 17 de enero de 2009
Puertas -II-
El sol entra a raudales por la ventana del salón dando de lleno donde está sentada y, aunque es invierno, templa lo suficiente el ambiente produciendo una impresión de hora de siesta veraniega, ese cálido bienestar, ese sopor físico en el que se va cayendo poco a poco, como adormecido el cuerpo pero con el pensamiento lúcido; ese relax que vuelve pesados nuestros miembros pero en el que la mente es ágil.
La impresión luminosa que la rodea la lleva de viaje entre los recuerdos, evocando otro momento hace ya mucho tiempo cuando sintió por vez primera ser parte consciente del universo. Suena rimbombante quizás, sí, pero hay una gran diferencia entre saber que estamos en el universo y sentir que somos universo. Aquel día percibió desde lo más profundo del más pequeño de sus átomos que el cosmos y ella eran la misma cosa. "Como arriba, es abajo".
Así fue cómo quedó marcada para siempre por el principal punto de inflexión en su vida, el inicio de la diferencia para ella. Y, aunque ha pasado y pasa por momentos de no querer ser consciente y de dejarse llevar para no pensar, adormecida la mente, está convencida hasta las trancas de que vivir sin comprender los porqués de lo que hace, de lo que siente, de de lo que vive es no vivir sino vegetar. Por eso va abriendo las puertas que encuentra a su paso, todas, las suyas y las de los que la rodean, hasta las que más miedo le produce abrir.
©Paloma
viernes, 16 de enero de 2009
Puertas -I-
A menudo acariciaba una imagen amable y complacida de sí, satisfecho de esa apariencia de claridad y firmeza que trasladaba a los demás, de esa impresión de estar de vuelta de todo que mostraba pero, de vez en cuando, algo le obligaba a verse desde otra perspectiva, no peor, sólo distinta, aunque a él le inquietaba esa novedad. Y le inquietaba porque provocaba, rasgada su coraza protectora, que se sintiera desvalido y, al menos de momento, sin un suelo sólido que pisar.
Es ardua tarea construirse durante casi una vida una fortaleza alrededor y un buen basamento donde apoyarse como para que, de pronto, unas pequeñas cuentas blanquecinas obraran ese efecto sobre él y consiguieran hacerle sentir atrapado en una tela de araña de la que deseaba escapar.
©Paloma
miércoles, 14 de enero de 2009
Bello día
©Paloma
martes, 13 de enero de 2009
Plegaria
Por Dios, que llegue la noche. Que me cubra los ojos con sus negros dedos, que me abrigue de sombra de luna y me arrope cómplice, sudario de estrellas que cantan nanas silentes para que duerma.
Que venga la noche y se me adentre dulce con el aire que respiro para llevarme, a su antojo y a la deriva, a golpe de latido por los canales de mis venas, atravesando los mundos subconscientes donde no se siente frío ni dolor, meciéndome según su deseo, a su merced, en ese río de la vida o de la muerte que calman.
Que venga la noche compañera, dueña del sosiego y del olvido.
Que la oscuridad se apiade de mí.