Mi regalo para Ababoll
Un mundo, a menudo desconocido, en el que viven historias, cuentos, llantos, risas, amapolas, diasdesur, soles para cada día de la semana, damas artúricas, bolas mágicas, melenudos ladridos, miradas de la noche, colorados paragüas, pequeñas hadas, gatitas revoltosas y donde hasta la aurora se deja atrapar.
Hay un mundo sólo en ocasiones tangible pero cercano y cálido, envolvente, lúcido, que se va colando y penetra quedándose, estableciéndose, mimetizándose, arraigando, volviéndose necesario.
Hay un mundo de palabras con número, escuetas, concisas, agudas, repletas de significados que resuenan por lo que dicen y por lo que no y que es a la vez defensa y puerta de otro que se mantiene protegido.
Y mi niña de las amapolas me pide un regalo y yo no sé qué poder escribir que a ella le resulte tal...
Hay un mundo sólo en ocasiones tangible pero cercano y cálido, envolvente, lúcido, que se va colando y penetra quedándose, estableciéndose, mimetizándose, arraigando, volviéndose necesario.
Hay un mundo de palabras con número, escuetas, concisas, agudas, repletas de significados que resuenan por lo que dicen y por lo que no y que es a la vez defensa y puerta de otro que se mantiene protegido.
Y mi niña de las amapolas me pide un regalo y yo no sé qué poder escribir que a ella le resulte tal...
©Paloma
0 briznas para mi nido:
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