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lunes, 17 de marzo de 2008

Consumación


Esta vez se ha consumado la reunión familiar al completo. No tengo conocimiento de si sucede en otras familias pero sí en la de mi ex y, ciertamente, la cosa tiene mérito. Mis suegros han sido capaces desde el principio no sólo de no tomar partido (sólo por un breve tiempo lo hicieron) sino de seguir tratándome como a una hija o nuera, no en vano soy la madre de su nieto mayor. Y no sólo ellos, mis cuñados, los tíos de mi ex... todos me tratan como de la familia, así me lo dicen y así me lo demuestran...

Pero la cosa va más allá desde el momento en que mi ex-marido inicia una nueva relación y mis suegros continúan invitándome a todos los eventos familiares junto con ellos. Hoy ha sido nuestra primera vez, un completo.

Antes de que I. (mi ex) y A. tuvieran a J., yo intentaba ponerme en el lugar de ella. Al fin y al cabo, yo sé qué puesto ocupo, como madre del primer nieto tengo mi propio status en la familia, pero A., por aquel entonces, sólo era la-compañera-de-I. Ahora es diferente, también los ha hecho abuelos, con lo cual ocupa el sillón de madre-de-nieto-cuyo-padre-es-I. contiguo al mío. I. es el primogénito y los descendientes directos de I. son los primeros en la línea sucesoria...

Después tenemos a los descendientes de F., el segundogénito, J. y J., niño y niña, cuya madre ocupa el sillón número 3, correspondiente a un grado más alejado en la línea de sucesión. Y nos quedan las hijas, R. y P., mis cuñadas, hermanas de I. y F., que no tienen intención alguna de dar nietos a sus padres y, por tanto, por decisión propia, son las últimas en las aspiraciones al trono familiar...

¿Quizás hemos sido una expareja de comportamiento no muy habitual? Cuando I. se enteró de que iba a ser padre, me dio la noticia encantado de la vida. De eso se derivó que me dijera oficialmente (extraoficialmente ya lo sabía) que salía con alguien, claro... porque el niño si no de dónde... Cuando nació la criatura me los trajo y me presentó a los dos, al nene y a la madre. Y no habíamos coincidido más hasta hoy en que, como todos los años, el yayo de mi hijo ha celebrado su cumpleaños en un caserío en los alrededores de San Sebastián y hemos acudido todos.

¿Qué pasa en el corazón de mi hijo cuando ve a su padre con una nueva familia? ¿Cuando lo ve jugar con su hermano J. como jugaba de pequeño con él?¿Le llegarán reminiscencias de aquellos tiempos? ¿Sentirá desazón? ... No lo sé. No me lo dice. Veo que mira al pequeño con dulzura y espero que no la pierda jamás. Me ha gustado verle jugar con él, que tiene tan sólo 15 meses.

Habiendo entendimiento, la familia no mengua sino que crece y se enriquece... Chup, chup!

Va por mis suegros, que hacen lo que tienen que hacer para mantener unida a toda su prole.

©Paloma

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